viernes, 17 de abril de 2015

Deep Purple - Now What! (2013)




 
Estamos ante la piedra angular del hard rock de hoy y de siempre. Acaso la banda mas importante e influyente del rock duro a lo largo de su historia. Presentando diversas formaciones en su dilatada carrera, sabiendo superar la ausencia de dos de sus fundadores y pilares del grupo como el gran Ritchie Blackmore y el fabuloso tecladista Jon Lord.
En 2013 publican Now What!, el decimonoveno trabajo de su brillante discografía que describiré al detalle.
Me resulta un disco camaleónico, arriesgado, inclusive su caratula es un fiel reflejo de lo que encontramos en el interior, va mutando tema a tema, siendo heterogéneo de principio a fin, sin seguir una línea en particular, en la que han dado rienda suelta a la creatividad, a la exploración de atmósferas; y estilos musicales como nunca antes lo había hecho DEEP PURPLE. No sé cómo les pueda llegar a parecer a los más devotos de la banda, pero en cuanto a calidad y genialidad musical, el álbum rebalsa por todos lados. Y lo más importante es que el espíritu y sonido de la banda están presentes en todos los cortes.
Algo que me llama mucho la atención es el destacado protagonismo de Don Airey, haciendo un trabajo soberbio en el teclado, rindiendo un sentido homenaje al estandarte teclista en la historia del rock, el recordado Jon Lord.

Se abre el telón con “A Simple Song”, un comienzo melodioso muy relajado en el que se aprecia una guitarra blues en la que se adhiere un Gillan inspirado y profundo. Pero al minuto 2 exactamente la banda descarga de forma potente en una andanada de clásico hard rock setentero, reafirmando que todavía saben muy bien lo que hacen. El riff tritura sin piedad y Airey rinde homenaje a Lord con un excelente solo.
“Weirdistan” comienza con un riff duro, custodiado por la base rítmica de Paice y Glover que marcan el ritmo de la canción. Aquí llama la atención el galáctico solo de Don Airey y los efectos que emana de su prodigioso teclado a lo largo de su camino; aportando corriente fresca al sonido clásico de DEEP PURPLE. Tema que suena épico y grandioso, reafirmando la capacidad creativa de estos genios que parece no tener fin.

Parece el comienzo de una clásica película de ciencia ficción para dar paso a los teclados que se visten de gala, simulando ser una sinfónica que dá comienzo a “Out Of Hand”, donde Gillan parece estar a tono con Ozzy pero con el sonido característico de Purple, con un ritmo que hipnotiza a cualquiera, muy melódico, tanto en la estrofa como en los coros, aclarando que todavía tiene garganta para conmover y transmitir. Luego entra un solo que pareciera ejecutado por Blackmore; es un momento de goce en el disco, con teclados que dan un final sinfónico que cae perfecto.

Comienza “Hell to Pay” y pensé en los cinco primeros segundos que era el comienzo de I Surrender de Rainbow, una delicia de canción, que te lleva a las entrañas del Hard rock 70s, acompañando un hammond que se encuentra en plena forma, con un cruce de guitarra y teclado muy al estilo de la banda en su mejor época. Airey rescata el sonido del Hammond haciéndolo sonar perfecto, repito que es el gran protagonista del disco; en un solo que a más de uno hará recordar al maestro de las teclas del rock. En esta canción hallas al viejo Purple. Luego viene “Body Line” con una batería que marca la pauta para que Morse se columpie con su guitarra, en un gran riff contagioso entra Gillan para llegar al estribillo, una canción que puede sonar ochentera.
Un bajo imponente y un teclado sintetizado ejecutan la apertura de “Above And Beyond”. Un medio tiempo cálido con pulcras melodías que florecen de las teclas. Gillan parece disipado vocalmente pero con gran carga emotiva que puede emocionar. Parece una canción que no fuera del repertorio de la banda, demostrando que a pesar de su veteranía, hay tiempo para explorar nuevos horizontes de la mejor manera.

“Blood From a Stone” es la balada del disco, con tintes de jazz que profesa el teclado, una canción que sirve para dar una pausa y relajar al escucha con grandes solos, para llegar al coro con dosis del mejor hard rock de la banda.
“Uncommon Man” tema de corte progresivo de finales de los setenta hasta sonar a Emerson Lake & Palmer, hasta la entrada de Gillan para decir esto es Purple muchachos. Don Airey demuestra su versatilidad e inspiración en el solo del teclado. Mientras “Apres Vous” es un tema clásico de hard rock, con una base rítmica que permite un encuentro de guitarra y teclado que suena genial. Luego viene la balada “All the Time In The World” que Gillan la interpreta magistralmente, demostrando que esos tonos le van muy bien y los domina a la perfección, con un solo de blues ejecutado con la finura de Morse.
“Vincent Price” empieza con una introducción del órgano, haciendome recordar a Mr. Crowley de Ozzy compuesta por el mismo Airey, es un tema tétrico y oscuro con una interpretación macabra de Gillan, parece el soundtrack de una película de terror al estilo de Hitchcock, genial y arriesgado tema que complementa bien el álbum.
“It Will Be Me” es un bonus-track que viene en la edición limitada. Canción de rock sureño con aroma a cowboys y tabernas, que sale del clásico sonido del grupo, dándole un cierre audaz a esta gran obra.

No es un disco donde encontrarás temas que quedarán en lo mejor de su discografía probablemente, pero encontramos un trabajo en donde el grupo arriesga hacia nuevas direcciones musicales, demostrando su calidad para componer canciones fieles a su estilo. Obteniendo como resultado una gran obra de rock clasico ¿Qué dirán los acérrimos fans de la banda de esta arriesgada producción?
 
Ian Gillan (Vocals)
Roger Glover (Bass)
Ian Paice (Drums)
Don Airey (Keyboards)
Steve Morse (Guitar)




1 comentario:

  1. Soy fan de Deep Purple la banda sigue adelante sin Jon Lord como lo hizo en su momento sin Ritchie Blackmore.Empezando por la caratula no me gusta como el de Bananas .antes habia buenas caratulas o portadas de discos anteriores
    Sabido es que en los últimos 30 años algunos discos de Deep Purple han estado algo flojos.
    Comienzan con “A simple song” que realmente es tan simple como su titulo con la excepción de los teclados de Don Airei y su solo genial. Continúan con “Weirdistan” que tiene ese extraño aire oriental y lo que me parece que son algunos efectos en la voz de Gillan . A propósito, si esperan aquí algún grito de Gillan, olvídenlo, pero si se conforman con un profesional del canto que se las sabe todas, aquí está.

    Realmente pienso que este es un disco hecho para Don Airei, quien se atreve con timbres de teclados que habitualmente usaba pero que en su nueva banda limitaba un poco, tal como los timbres utilizados para “Weirdistan” También el bajo de Glover está pasado por pedales.

    Un inicio de cuerdas nos introduce a “Out of Hand” donde la producción nos permite incluso sentir el sonido de los dedos de Airei sobre las teclas (óyelo con auriculares para que lo sientas) en una canción que es puro Purpura (especial solo de Morse) como mismo la siguiente “Hell to Pay” hecha para el directo, donde esperaría que alarguen la intro pues en el disco comienzan de manera algo abrupta.

    Ian Paice comienza “Body Line” sumándose Morse, Glover y Airei. Otra pincelada Purpura con cierto toque AOR que cambia por completo con “Above and Beyond”, dedicada al maestro Jon Lord y con unos sonidos de teclados muy a lo Keith Emerson. Sencilla y simple pero efectiva y donde Gillan llega a las notas más altas de toda la grabación.

    “Blood from a Stone” comienza con un disfrutable aire de blues-jazz portado por los ambientes musicales y la batería, pero antes de arribar al minuto la vena hard rockera se levanta, manteniendo diversos cambios en una canción de las que puede acompañarte por el resto de tus días. En la segunda mitad el timbre de Gillan se los registros más graves se me asemeja mucho al de Greg Lake.

    La canción más larga del disco es “Uncommon Man”, recordando a los Pink Floyd más clásicos y a E, L & P con la entrada del teclado, en lo que posiblemente sea la canción más trabajada del CD. Don Airei se aplica como nunca antes. La tónica cambia completamente con “Apres Vous”, otro tema Purpura con algunos detalles “de modernidad” a partir de los 2.30 minutos continuando con otro clásico duelo Airei - Morse.

    “All the Time in the World”, un tema tranquilo “Vincent Price”, con esos coros iniciales arropados con los teclados y la voz de Gillan pasada por los efectos sonoros dan una excelente canción.

    Hay un bonus track con "It’ll Be Me", un tema con aires del sur de los Estados Unidos, alegre y desenfadado, con un Gillan por momentos sonando como un cantante de country De verdad que no gritará, pero aun tiene sobrados recursos vocales para seguir adelante.

    Bob Ezrin ya era un genio en 1980 cuando produjo el The Wall de Pink Floyd así que treinta años después ya no hay secretos para él, y ha realizado una producción no solo impecable, sino espectacular.

    Es un disco muy versátil indudablemente. Está hecho por músicos de más de sesenta años, ¡no se les puede pedir más! Y al mismo tiempo está hecho por músicos de más de cincuenta años de experiencia acumulada, ¡qué más podríamos pedir!



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