Es
imposible comenzar a escribir la crítica del disco en mención, sin hablar de
los legendarios Thin Lizzy y todo el legado que llevan a sus espaldas. Pero los fans (entre los cuales me incluyo) tras la perdida del gran Phil
Lynott, nadie imaginaría que una banda creada de las cenizas de Lizzy,
publicaría canciones, que parecieran ser compuestas por el propio Lynott; es
así que Scott Gorham (otro legendario de los irlandeses) decide revivir
a Lizzy.
Poco
antes de la publicación de este disco, la banda giraba en festivales europeos,
usando el nombre Thin Lizzy, con la participación de Brian Downey en las
baquetas, miembro permanente de la banda. Luego de las giras de grandes éxitos
y reclutamiento de nuevos fans, componen nuevos temas, con el clásico espíritu
irlandés y deciden ponerle nuevo nombre a la banda, llamándola Black Star
Riders, conformada en el bajo, la solvencia del reputado Marco Mendoza(ex
Whitesnake), como todos estos años; y las incorporaciones de Jimmy DeGrasso
(ex Megadeth) en la batería, Damon Johnson en la guitarra, Ricky
Warwick (ex The Almigthy) en la voz, acompañando a la guitarra de Scott
Gorham.
El
espíritu de este primer All Hell Breaks Loose de Black Star Riders está
claro: traerse a Thin Lizzy a la actualidad. La voz de Warwick rezuma de
matices y dejes heredados de Phil Lynott, con un timbre aterciopelado muy
similar, especialmente en los primeros versos de algunos temas como “Before the
War” ó “Hey Judas”; en los que casi podemos escuchar el aliento del músico
moderno más notable de Dublín y quizás de toda Irlanda. La dupla Gorham-Johnson
están muy presentes en todo el album, y podemos encontrar en muchos temas esas
guitarras dobladas melódicas tan características de Thin Lizzy.
No
cabe un momento para dudar que All Hell Breaks Loose es 100% original.
11 nuevos temas, entre los cuales encontramos maravillas como el pilero “Bound
for Glory”o “Bloodshot”, que bien podría haber sido incluido en
Jailbreak, ó “Kingdom of the Lost”, en la que la melodía anunciada por
violines irlandeses y redobles de bombo es replicada a la perfección por las
guitarras dobladas. El arranque con “All Hell Breaks Loose” es un poco
más groove, mientras que “Kissin’ The Ground” y “Hey Judas” destacan
por sus estribillos, quizás siendo este último el tema más fresco de todo el
disco. “Hoodoo Voodoo” y “Someday Salvation” hacen presente a
Lynott. “Valley of the Stones”es otro de los mejores, especialmente en
el trabajo logrado con melodías y solos de guitarra. Y de los temas que cierran
el trabajo me quedo con “Before the War”, quizás el menos setentero y
más ochentero de todo el trabajo, recordándome a Thunder & Lightning. Para
cerrar viene la elegante “Blues Ain´t So Bad”, dándole un gran cierre, a
un excelente trabajo.
No
sabemos si los liderados por Scott Gorham se atreverán a olvidarse del
nombre de su banda madre para siempre (está claro que el nombre de Thin
Lizzy vende entradas y atenciones mejor que Black Star Riders).En
fin, para mí es una alegría, que se atrevan a escribir nuevo material de muy
buena calidad y con vocación de renovación.
Este
disco de Black Star Riders es hard-rock 70s-80s de calidad, producido en
el siglo .XXI. Tremendamente agradable de escuchar, una muy grata sorpresa para
los fans de Thin Lizzy.
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