El Oráculo
Demiurgus
El Caduceo
Katarsis
El Peregrino
Alma Vieja
La Flor en el Hielo
El Alquimista
Decepción
Luna Nueva
Han transcurrido cinco años desde mi último aporte, esa pasión por la música que siempre llevo conmigo, es la que hoy me impulsa a reflotar este espacio. En momentos de pandemia mundial, de preguntas sin respuestas, de tiempos libres, de reflexión, de aislamiento mundial, que finalmente todos los que poblamos este planeta, rigurosamente, tendríamos que cumplir de manera solidaria, para salvaguardar la existencia de la humanidad. Seamos responsables en ello, es una petición de este servidor.
Empezando con
lo que concierne a este post, decidí detallar y puntualizar de modo certero
pero subjetivo, debido a que tengo mucha afinidad por Avalanch y el trabajo de
su creador Alberto, un capo. Los que somos fans de la banda teníamos ganas de
canciones propias, ya que han pasado casi 8 años desde que salió su último
trabajo de estudio, aquel Malefic Time Apocalypse,
correspondiente a una serie de diferentes productos culturales. El resultado no fue el esperado, pese a que el disco no era nada
malo, aunque bastante diferente a lo que nos tenían acostumbrados Avalanch.
Alberto Rionda capitanea la banda
(compositor, guitarrista y productor), gran artífice de la música que nos
regala esta banda asturiana, que seguramente ya tiene un cupo reservado en el
olimpo del metal en nuestro idioma, categoría en la que pertenecer cuesta sudor y lágrimas, por lo difícil de la escena, en la que enumerarlas con los dedos de
la mano bastan. Ahora convertida en una especie de All Star (llevó ese título
en el anterior trabajo), debido a los músicos que componen la formación, en la
voz: Israel Ramos (Amadeus), viejo
conocido de Rionda en otro proyecto llamado Alquimia; en las baquetas: el
ranqueado Mike Terrana (ex Axel Rudi
Pell, ex Rage, Ferrymen, ex Yngwie
Malmsteen, ex Tarja, Vision Divine, etc), un portento de baterista, grandes
bandas ya quisieran tener una fiera así en la percusión; en las cuatro cuerdas
el teutón: Dirk Schlächter (ex
Gammaray); y en las teclas Manuel Ramil
(ex Warcry, ex Sauze).
Una portada imponente, la parte gráfica esta muy bien cuidada, detalle característico en la banda española a lo largo de su trayectoria. Da inicio al
disco El Oráculo, gran tema compuesto por elementos comunes en el
argumento musical de la canción, los teclados muy precisos, ejecutados con
abrumadora maestría, acompañados por coros y estribillos de Ramos que parecen de anillo al dedo para
la banda.
Demiurgus, empieza de
la mano de Rionda, acompañado por la
base rítmica de bajo y batería, abriéndole paso a un Isra que se encuentra en gran momento, con melodías pegadizas que
enganchan al oyente y enriquecen una gran composición.
Después de dos
grandes temas y sin pausa, viene El Caduceo, haciendo suyo el momento
un cantante muy inspirado con tesituras precisas, secundadas por teclados y melodías
que invocan al gran Freddie Mercury, pero muy al estilo de la banda, con toques
progresivos que le aportan estética al tema, para luego enganchar con las voces
y coros llevándonos a pasajes instrumentales de guitarras que erizan la piel. Ramos es un cantante que se ganó su
lugar en la historia de la banda en corto tiempo, con la aceptación de la
audiencia, teniendo en cuenta que en épocas de redes sociales, los versus que
los fans realizan, son sometidos a una especie de escrutinio público de los
vocalistas, para valorar el paso de uno u otro por Avalanch.
Continua la
escucha con Katarsis, de apertura progresiva, musicalmente con gancho en
los riff y un vocalista que seduce al oyente, acompañado con arpegios de
guitarra acústica y estrofas muy bien logradas. Esta canción es una demostración
de lo que manifiesta el propio Rionda sobre sus composiciones “yo compongo los temas para el cantante que
tengo al frente”.
El Peregrino con teclados
protagonistas y guitarras que dan pase al cantante de la banda, imponiéndose magistralmente con coros que serán cantados por los fans en sus presentaciones, este corte
resulta otro punto alto en el álbum.
Luego somos
cautivados por Alma Vieja con pasajes barrocos, una guitarra de madera que
interpreta Adagio de “El Concierto de Aranjuez”, es la llamada balada del disco, que da pausa. Es una bella composición colmada de
emoción y pesadumbre, una balada al estilo Rionda, que abre paso al segundo
sencillo del álbum La Flor en el Hielo, donde los teclados dan inicio al tema con
arreglos de guitarra bien trabajados y machacones, con impecables y melódicos juegos
de voces que se impregnan en la memoria del escucha en un par de pasadas. Otro
tema que sirve ejemplarmente como carta de presentación de este trabajo.
La producción
sigue manteniendo el listón alto en El Alquimista, con simpleza y accesibilidad
hasta aproximadamente la mitad del tema, donde el magistral solo de guitarra nos
hace vibrar, con coros hechos para dejar la garganta en sus directos. Decepción
es un medio tiempo, que nos mantiene activos, con teclados bastantes protagonistas
como viene siendo a lo largo de todo el álbum.
Cierra el
disco Luna Nueva que tiene todos y cada uno de los ingredientes que
componen este trabajo, combinados a la perfección en una sola pieza, perfecta
para la finalización de este trabajo que
nos deja complacidos para mantener y consolidar a Avalanch en lo alto del género.
Un gran
trabajo en las perillas que también estuvo a cargo de Rionda, consiguiendo un
sonido pulcro y nítido, como tendrían que sonar las buenas bandas. Vale la pena
darle play de principio a fin, para catar la obra en su total dimensión con la minuciosidad
respectiva para encontrar la infinidad
de exquisiteces sumidas en esta obra.