lunes, 6 de abril de 2020

AVALANCH - El Secreto (2019)




El Oráculo
Demiurgus
El Caduceo
Katarsis
El Peregrino
Alma Vieja
La Flor en el Hielo
El Alquimista
Decepción
Luna Nueva

Han transcurrido cinco años desde mi último aporte, esa pasión por la música que siempre llevo conmigo, es la que hoy me impulsa a reflotar este espacio. En momentos de pandemia mundial, de preguntas sin respuestas, de tiempos libres, de reflexión, de aislamiento mundial, que finalmente todos los que poblamos este planeta, rigurosamente, tendríamos que cumplir de manera solidaria, para salvaguardar la existencia de la humanidad. Seamos responsables en ello, es una petición de este servidor.

Empezando con lo que concierne a este post, decidí detallar y puntualizar de modo certero pero subjetivo, debido a que tengo mucha afinidad por Avalanch y el trabajo de su creador Alberto, un capo. Los que somos fans de la banda teníamos ganas de canciones propias, ya que han pasado casi 8 años desde que salió su último trabajo de estudio, aquel Malefic Time Apocalypse, correspondiente a una serie de diferentes productos culturales. El resultado no fue el esperado, pese a que el disco no era nada malo, aunque bastante diferente a lo que nos tenían acostumbrados Avalanch.


Alberto Rionda capitanea la banda (compositor, guitarrista y productor), gran artífice de la música que nos regala esta banda asturiana, que seguramente ya tiene un cupo reservado en el olimpo del metal en nuestro idioma, categoría en la que pertenecer cuesta sudor y lágrimas, por lo difícil de la escena, en la que enumerarlas con los dedos de la mano bastan. Ahora convertida en una especie de All Star (llevó ese título en el anterior trabajo), debido a los músicos que componen la formación, en la voz: Israel Ramos (Amadeus), viejo conocido de Rionda en otro proyecto llamado Alquimia; en las baquetas: el ranqueado Mike Terrana (ex Axel Rudi Pell, ex Rage, Ferrymen, ex  Yngwie Malmsteen, ex Tarja, Vision Divine, etc), un portento de baterista, grandes bandas ya quisieran tener una fiera así en la percusión; en las cuatro cuerdas el teutón: Dirk Schlächter (ex Gammaray); y en las teclas Manuel Ramil (ex Warcry, ex Sauze).

Una portada imponente, la parte gráfica esta muy bien cuidada, detalle característico en la banda española a lo largo de su trayectoria. Da inicio al disco El Oráculo, gran tema compuesto por elementos comunes en el argumento musical de la canción, los teclados muy precisos, ejecutados con abrumadora maestría, acompañados por coros y estribillos de Ramos que parecen de anillo al dedo para la banda.

Demiurgus, empieza de la mano de Rionda, acompañado por la base rítmica de bajo y batería, abriéndole paso a un Isra que se encuentra en gran momento, con melodías pegadizas que enganchan al oyente y enriquecen una gran composición.

Después de dos grandes temas y sin pausa, viene El Caduceo, haciendo suyo el momento un cantante muy inspirado con tesituras precisas, secundadas por teclados y melodías que invocan al gran Freddie Mercury, pero muy al estilo de la banda, con toques progresivos que le aportan estética al tema, para luego enganchar con las voces y coros llevándonos a pasajes instrumentales de guitarras que erizan la piel. Ramos es un cantante que se ganó su lugar en la historia de la banda en corto tiempo, con la aceptación de la audiencia, teniendo en cuenta que en épocas de redes sociales, los versus que los fans realizan, son sometidos a una especie de escrutinio público de los vocalistas, para valorar el paso de uno u otro por Avalanch.

Continua la escucha con Katarsis, de apertura progresiva, musicalmente con gancho en los riff y un vocalista que seduce al oyente, acompañado con arpegios de guitarra acústica y estrofas muy bien logradas. Esta canción es una demostración de lo que manifiesta el propio Rionda sobre sus composiciones “yo compongo los temas para el cantante que tengo al frente”.
El Peregrino con teclados protagonistas y guitarras que dan pase al cantante de la banda, imponiéndose magistralmente con coros que serán cantados  por los fans en sus presentaciones, este corte resulta otro punto alto en el álbum.

Luego somos cautivados por Alma Vieja con pasajes barrocos, una guitarra de madera que interpreta Adagio de “El Concierto de Aranjuez”, es la llamada balada del disco, que  da pausa. Es una bella composición colmada de emoción y pesadumbre, una balada al estilo Rionda, que abre paso al segundo sencillo del álbum La Flor en el Hielo, donde los teclados dan inicio al tema con arreglos de guitarra bien trabajados y machacones, con impecables y melódicos juegos de voces que se impregnan en la memoria del escucha en un par de pasadas. Otro tema que sirve ejemplarmente como carta de presentación de este trabajo.

La producción sigue manteniendo el listón alto en El Alquimista, con simpleza y accesibilidad hasta aproximadamente la mitad del tema, donde el magistral solo de guitarra nos hace vibrar, con coros hechos para dejar la garganta en sus directos. Decepción es un medio tiempo, que nos mantiene activos, con teclados bastantes protagonistas como viene siendo a lo largo de todo el álbum.

Cierra el disco Luna Nueva que tiene todos y cada uno de los ingredientes que componen este trabajo, combinados a la perfección en una sola pieza, perfecta para la finalización  de este trabajo que nos deja complacidos para mantener y consolidar a Avalanch en lo alto del género.  

Un gran trabajo en las perillas que también estuvo a cargo de Rionda, consiguiendo un sonido pulcro y nítido, como tendrían que sonar las buenas bandas. Vale la pena darle play de principio a fin, para catar la obra en su total dimensión con la minuciosidad respectiva para encontrar la infinidad  de exquisiteces sumidas en esta obra.


viernes, 17 de abril de 2015

Deep Purple - Now What! (2013)




 
Estamos ante la piedra angular del hard rock de hoy y de siempre. Acaso la banda mas importante e influyente del rock duro a lo largo de su historia. Presentando diversas formaciones en su dilatada carrera, sabiendo superar la ausencia de dos de sus fundadores y pilares del grupo como el gran Ritchie Blackmore y el fabuloso tecladista Jon Lord.
En 2013 publican Now What!, el decimonoveno trabajo de su brillante discografía que describiré al detalle.
Me resulta un disco camaleónico, arriesgado, inclusive su caratula es un fiel reflejo de lo que encontramos en el interior, va mutando tema a tema, siendo heterogéneo de principio a fin, sin seguir una línea en particular, en la que han dado rienda suelta a la creatividad, a la exploración de atmósferas; y estilos musicales como nunca antes lo había hecho DEEP PURPLE. No sé cómo les pueda llegar a parecer a los más devotos de la banda, pero en cuanto a calidad y genialidad musical, el álbum rebalsa por todos lados. Y lo más importante es que el espíritu y sonido de la banda están presentes en todos los cortes.
Algo que me llama mucho la atención es el destacado protagonismo de Don Airey, haciendo un trabajo soberbio en el teclado, rindiendo un sentido homenaje al estandarte teclista en la historia del rock, el recordado Jon Lord.

Se abre el telón con “A Simple Song”, un comienzo melodioso muy relajado en el que se aprecia una guitarra blues en la que se adhiere un Gillan inspirado y profundo. Pero al minuto 2 exactamente la banda descarga de forma potente en una andanada de clásico hard rock setentero, reafirmando que todavía saben muy bien lo que hacen. El riff tritura sin piedad y Airey rinde homenaje a Lord con un excelente solo.
“Weirdistan” comienza con un riff duro, custodiado por la base rítmica de Paice y Glover que marcan el ritmo de la canción. Aquí llama la atención el galáctico solo de Don Airey y los efectos que emana de su prodigioso teclado a lo largo de su camino; aportando corriente fresca al sonido clásico de DEEP PURPLE. Tema que suena épico y grandioso, reafirmando la capacidad creativa de estos genios que parece no tener fin.

Parece el comienzo de una clásica película de ciencia ficción para dar paso a los teclados que se visten de gala, simulando ser una sinfónica que dá comienzo a “Out Of Hand”, donde Gillan parece estar a tono con Ozzy pero con el sonido característico de Purple, con un ritmo que hipnotiza a cualquiera, muy melódico, tanto en la estrofa como en los coros, aclarando que todavía tiene garganta para conmover y transmitir. Luego entra un solo que pareciera ejecutado por Blackmore; es un momento de goce en el disco, con teclados que dan un final sinfónico que cae perfecto.

Comienza “Hell to Pay” y pensé en los cinco primeros segundos que era el comienzo de I Surrender de Rainbow, una delicia de canción, que te lleva a las entrañas del Hard rock 70s, acompañando un hammond que se encuentra en plena forma, con un cruce de guitarra y teclado muy al estilo de la banda en su mejor época. Airey rescata el sonido del Hammond haciéndolo sonar perfecto, repito que es el gran protagonista del disco; en un solo que a más de uno hará recordar al maestro de las teclas del rock. En esta canción hallas al viejo Purple. Luego viene “Body Line” con una batería que marca la pauta para que Morse se columpie con su guitarra, en un gran riff contagioso entra Gillan para llegar al estribillo, una canción que puede sonar ochentera.
Un bajo imponente y un teclado sintetizado ejecutan la apertura de “Above And Beyond”. Un medio tiempo cálido con pulcras melodías que florecen de las teclas. Gillan parece disipado vocalmente pero con gran carga emotiva que puede emocionar. Parece una canción que no fuera del repertorio de la banda, demostrando que a pesar de su veteranía, hay tiempo para explorar nuevos horizontes de la mejor manera.

“Blood From a Stone” es la balada del disco, con tintes de jazz que profesa el teclado, una canción que sirve para dar una pausa y relajar al escucha con grandes solos, para llegar al coro con dosis del mejor hard rock de la banda.
“Uncommon Man” tema de corte progresivo de finales de los setenta hasta sonar a Emerson Lake & Palmer, hasta la entrada de Gillan para decir esto es Purple muchachos. Don Airey demuestra su versatilidad e inspiración en el solo del teclado. Mientras “Apres Vous” es un tema clásico de hard rock, con una base rítmica que permite un encuentro de guitarra y teclado que suena genial. Luego viene la balada “All the Time In The World” que Gillan la interpreta magistralmente, demostrando que esos tonos le van muy bien y los domina a la perfección, con un solo de blues ejecutado con la finura de Morse.
“Vincent Price” empieza con una introducción del órgano, haciendome recordar a Mr. Crowley de Ozzy compuesta por el mismo Airey, es un tema tétrico y oscuro con una interpretación macabra de Gillan, parece el soundtrack de una película de terror al estilo de Hitchcock, genial y arriesgado tema que complementa bien el álbum.
“It Will Be Me” es un bonus-track que viene en la edición limitada. Canción de rock sureño con aroma a cowboys y tabernas, que sale del clásico sonido del grupo, dándole un cierre audaz a esta gran obra.

No es un disco donde encontrarás temas que quedarán en lo mejor de su discografía probablemente, pero encontramos un trabajo en donde el grupo arriesga hacia nuevas direcciones musicales, demostrando su calidad para componer canciones fieles a su estilo. Obteniendo como resultado una gran obra de rock clasico ¿Qué dirán los acérrimos fans de la banda de esta arriesgada producción?
 
Ian Gillan (Vocals)
Roger Glover (Bass)
Ian Paice (Drums)
Don Airey (Keyboards)
Steve Morse (Guitar)




lunes, 13 de abril de 2015

Rival Sons - Great Western Valkyrie (2014)


Existen muchas bandas que están tratando de sonar como las bandas de la vieja guardia, pero muy pocas con la creatividad e ingenio de Rival Sons, augurando un futuro prometedor a la escena con bandas de este calibre. En su debut, “Before The Fire” (2009) el cuarteto comenzó a cosechar muy buenas críticas, luego vino un disco que me gustó bastante, y le dí muchas vueltas, el "Pressure And Time" (2011) para dar paso al destacado “Head Down”(2012); con el inmenso mérito de no haber caído en la mediocridad en ninguno de ellos y labrando los cimientos para romper su propio molde con el disco que hoy nos toca repasar "Great Western Valkyrie" (2014), una joya de rock clásico, que parece fuese grabado a fines de los 60s y comienzo de 70s (época dorada del rock).

Al mando de las perillas esta Dave Cobb, quien realiza la grabación casi en directo de los cortes del álbum, ha sido esencial para esa sensación en vivo que condensa el nuevo disco, y es que inclusive Jay Buchanan (vocalista) registró la totalidad de sus intervenciones en una sola toma. Talento puro al mando de una banda llamada a liderar la actualidad y el futuro del rock.

La labor de Scott Holiday (guitarra) es gigante en los diez temas de Great Western Valkyrie. Sus riffs suenan geniales, me hacen recordar al gran Jimmy Page (guitarra de Led Zeppelin), quien ya dijo en una entrevista del 2012 que Rival Sons eran de sus bandas predilectas en la actualidad. Dave Beste (Bajo) y Michael Miley (baquetas) debutan en estudio como dúo rítmico, tras la partida del anterior bajista.

"Electric Man" emprende el disco con su riff simple, potente y  contagioso  dando forma a un fantástico corte de rock duro. Luego viene "Good Luck" donde el protagonista es el bajo de Dave Beste y la melodía que imponen las voces, haciendo que el oyente se deje llevar. "Secret" es un gran tema de soul impregnado de blues con la furia de la voz desatada. Con la dócil voz de Buchanan escoltada por un riff de rock machacante muy Page llega "Play the Fool" invita con bastante atrevimiento a un bombazo en el que brilla Scott Holiday, con un solo enorme ya casi al epílogo de la canción, y la interpretación de Buchanan, sin quedar atrás la batería de Miley  con un toque a lo John Bonham, gran mérito del productor también en hacerlos sonar como se debe. "Good Things" es un medio tiempo, que ingresa muy fácilmente al escucha, un tema de gran calidad de los californianos, con matices de la época psicodélica,  "Open My Eyes", canción de pura exactitud con arreglos de guitarra acustica, con un riff protagonista de Scott Holiday y el bajo de Beste, sobresaliente durante todo el disco.

"Rich and the Poor" y su poderoso estribillo en el que el vocalista se luce de cabo a rabo, mostrando diversas facetas, es un tema sombrío, pero no de calidad sino en estilo, antes de la incursión de "Belle Starr", con una rabiosa bateria, guitarras retorcidas con arpegios melancólicos, líneas de bajo funk en un tema versátil y admirable."Where I've Been" es una perfecta balada clásica llena de magia y emocionante de principio a fin, haciendo recordar al ultimo tema de su disco Pressure and Time (2011) llamado Face Of Light que da paso a un pausado y lisérgico final con "Destination on Course".
Tal vez es muy pronto aseverar que estamos ante uno de los grandes de la movida actual, preparado para pasar a los anales del rock si la cosa no se quiebra, pero es que se comportan como un equipo que mantiene la razón en todo ese caos espontáneo, establecido por los riffs de Scott Holiday y las voces de Jay Buchanan, binomio que me hace recordar a Page/Plant, teniendo una base rítmica que pareciera el bajista y baterísta han estado tocando juntos durante muchos años.

Lo que se puede hacer es cerrar la boca y darle play al reproductor una y otra vez, subirle el volumen para sentir lo que este gran disco posee. Parece que esta producción se va a encumbrar por mucho tiempo, poniendo a la banda en una situación en la que solo cabe saber si serán capaces de superarse.
Jay Buchanan (Vocals)
Scott Holiday (Guitar)
Michael Miley (Drums)
Dave Beste (Bass)

jueves, 9 de abril de 2015

Black Star Riders - The Killer Instinct (2015)


 
Tras su exitoso debut del 2013,  había mucha expectativa por su próxima entrega, donde la decepción, no cabe en la calificación de este grupo. Un disco que los consolida como un grandísimo grupo en el panorama rockero actual, donde Ricky Warwick es capaz de canalizar la fuerza y el espíritu de Lynott, y evita, a mi entender, que su voz se convierta en una especie de karaoke, en donde se copia como mejor se puede al original.
El guitarrista Scott Gorham, miembro de los legendarios Thin Lizzy, está en su esplendor con riffs, punteos y ritmos, a la par de sus clásicos temas. Lo que sí me llama bastante la atención es en la composición de la mayoría de cortes, que se encuentran en manos de Damon Johnson y Ricky Warwick, con poca participación de Gorham en este aspecto.
El nuevo bajista Robbie Crane sustituye a Marco Mendoza (ex Whitesnake) en este trabajo y acompaña al batería Jimmy DeGrasso (ex Megadeth) en la sección rítmica. The Killer Instinct ha sido grabado en 21 días en los estudios Rock Falcon en Nashville, propiedad del productor del disco; Nick Raskulinecz (Foo Fighters, Rush, Mastodon, Alice In Chains, etc) quien además, participa activamente en el disco tocando el mellotron y Taurus pedals en los temas Blindsided y You Little Liar. Mientras que en su gran debut habían trabajado con el afamado productor Kevin Shirley (Iron Maiden, Joe Bonamassa, Dream Theater, Black Country Communion, Rush, Joe Satriani, Journey, etc), un cambio que no ha hecho mella en el producto final.
El disco me ha sonado fresco en general, con una pizca de AOR americano y un boogie muy de los irlandeses, manteniendo el buen nivel de su antecesor, poseyendo la virtud de no decaer en ningún momento.
Con fuerza y energía abre el tema homónimo, toda una declaración de hard rock vital y pegajoso; que engancha desde la primera escucha. No pueden ni quieren desprenderse del enorme legado que les transfirió la herencia de Thin Lizzy. Y es en temas como “Bullet Blues” donde emerge con más evidencia. Las guitarras de Scott Gorham y Damon Johnson gimen plenas de sentimiento y Ricky Warwick recoge a la perfección el espíritu virtual que le cedió Phil Lynott. Luego viene “Finest Hour” que nos mantiene enganchados y nos amplía el horizonte.
En “Soldierstown” alcanza uno de los momentos estelares. Desde el riff de Scott Gorham hasta la colocación de la canción, recuerda el vigor de composiciones inmortales con las que Thin Lizzy pulió el hard rock de aquella época. El vocalista ha puesto sobre la mesa a través de sus letras, un tema controvertido (el terrorismo en Irlanda Del Norte). Hay que recordar que él nació allí.
Con referencias al conocido criminal Charles Manson, “Charlie I Gotta Go” es un tema groovy que condensa bien la fusión de elementos que propone Black Star Riders, se liberan las tensiones con un gran solo de guitarra. Arreglos épicos y guitarras acústicas sobresalen en “Blindsided”, uno de los cortes más especiales de este trabajo y una prueba de la variedad del grupo.
De manera simple y directa viene Through The Motions” cargado de puro Hard Rock, al igual que Turn In Your Arms”, mientras que la parte mas Heavy del álbum se despliega en Sex, Guns & Gasoline”. Mantienen la línea con “You Little Liar” confirmando la valía de un grupo nuevo pero con mucha historia detrás.
El disco se completa con dos bonus tracks y algunas versiones acústicas. En el primer bonus, Gabrielle, nos encontramos una balada de guitarra acústica con voz de gran calidad y belleza, buen tema. Luego tenemos “The Reckoning Day” un corte que me recuerda al hard rock clásico con aires de celebración y un piqueo entre las guitarras de Johnson y Gorham y el bajo de Crane que durante unos segundos se muestra muy presente y fácil de hallar.
En The Killer Instinct han destacado las buenas impresiones que dejó su estreno en 2013, dando pasos adelante en busca de la identidad musical propia. Sin embargo, el espíritu de Phil Lynott y Thin Lizzy sigue impregnado en casi todos los temas. Con Scott Gorham piloteando la nave, no podía ser de otro modo.
Ricky Warwick (Vocals)
Scott Gorham (Guitar)
Damon Johnson (Guitar)
Jimmy DeGrasso (Drums)
Robbie Crane (Bass)

miércoles, 8 de abril de 2015

Black Star Riders - All Hell Breaks Loose (2013)



Es imposible comenzar a escribir la crítica del disco en mención, sin hablar de los legendarios Thin Lizzy y todo el legado que llevan a sus espaldas. Pero los fans (entre los cuales me incluyo) tras la perdida del gran Phil Lynott, nadie imaginaría que una banda creada de las cenizas de Lizzy, publicaría canciones, que parecieran ser compuestas por el propio Lynott; es así que Scott Gorham (otro legendario de los irlandeses) decide revivir a Lizzy.

Poco antes de la publicación de este disco, la banda giraba en festivales europeos, usando el nombre Thin Lizzy, con la participación de Brian Downey en las baquetas, miembro permanente de la banda. Luego de las giras de grandes éxitos y reclutamiento de nuevos fans, componen nuevos temas, con el clásico espíritu irlandés y deciden ponerle nuevo nombre a la banda, llamándola Black Star Riders, conformada en el bajo, la solvencia del reputado Marco Mendoza(ex Whitesnake), como todos estos años; y las incorporaciones de Jimmy DeGrasso (ex Megadeth) en la batería, Damon Johnson en la guitarra, Ricky Warwick (ex The Almigthy) en la voz, acompañando a la guitarra de Scott Gorham.

El espíritu de este primer All Hell Breaks Loose de Black Star Riders está claro: traerse a Thin Lizzy a la actualidad. La voz de Warwick rezuma de matices y dejes heredados de Phil Lynott, con un timbre aterciopelado muy similar, especialmente en los primeros versos de algunos temas como “Before the War” ó “Hey Judas”; en los que casi podemos escuchar el aliento del músico moderno más notable de Dublín y quizás de toda Irlanda. La dupla Gorham-Johnson están muy presentes en todo el album, y podemos encontrar en muchos temas esas guitarras dobladas melódicas tan características de Thin Lizzy.

No cabe un momento para dudar que All Hell Breaks Loose es 100% original. 11 nuevos temas, entre los cuales encontramos maravillas como el pilero “Bound for Glory”o “Bloodshot”, que bien podría haber sido incluido en Jailbreak, ó “Kingdom of the Lost”, en la que la melodía anunciada por violines irlandeses y redobles de bombo es replicada a la perfección por las guitarras dobladas. El arranque con “All Hell Breaks Loose” es un poco más groove, mientras que “Kissin’ The Ground” y “Hey Judas” destacan por sus estribillos, quizás siendo este último el tema más fresco de todo el disco. “Hoodoo Voodoo” y “Someday Salvation” hacen presente a Lynott. “Valley of the Stones”es otro de los mejores, especialmente en el trabajo logrado con melodías y solos de guitarra. Y de los temas que cierran el trabajo me quedo con “Before the War”, quizás el menos setentero y más ochentero de todo el trabajo, recordándome a Thunder & Lightning. Para cerrar viene la elegante “Blues Ain´t So Bad”, dándole un gran cierre, a un excelente trabajo.

No sabemos si los liderados por Scott Gorham se atreverán a olvidarse del nombre de su banda madre para siempre (está claro que el nombre de Thin Lizzy vende entradas y atenciones mejor que Black Star Riders).En fin, para mí es una alegría, que se atrevan a escribir nuevo material de muy buena calidad y con vocación de renovación.

Este disco de Black Star Riders es hard-rock 70s-80s de calidad, producido en el siglo .XXI. Tremendamente agradable de escuchar, una muy grata sorpresa para los fans de Thin Lizzy.

Ricky Warwick (Vocals)
Scott Gorham (Guitar)
Damon Johnson (Guitar)
Jimmy DeGrasso (Drums)
Marco Mendoza (Bass)